A continuación hicimos una ruta por las tiendas de pesca, compramos 25 kg de pellets para cebar y alquilamos la barca. Una vez acomodados en el puesto de pesca, montamos las cañas y colocamos las posturas con la barca, nos dieron casi las una montando. Comimos pensando en una buena siesta, después de toda la noche conduciendo, estábamos reventados. Cual fue nuestra sorpresa que a las 15.20 h tuvimos una picada, y tras una bonita lucha salió el primero de la semana, un buen siluro de 34 kg.; pintaba bien la cosa, pero con reservas por las noticias que teníamos, podía ser casualidad, pero al menos el bolo estaba superado.
El siluro lo pescó Jose Luis, y por la "regla no escrita" todas las cañas pasaban a ser de Pedro hasta que se quitara el bolo. Esto supuso para Jose Luis la relajación total y para Pedro el estrés total, ya que había un montón de chiquillos pescando, cuyos cascabeles de sus cañas sonaban sin parar.
Esto se agravaba con que las golondrinas se posaban sobre los sedales trenzados de las cañas y al lanzarse a volar, hacía que sonase el cascabel. Y ya para colmo, entrada la noche, los murciélagos se chocaban con el sedal, haciendo sonar el cascabel de nuevo. El corazón de Pedro quedó resentido ese día.
La jornada terminó a las 12 de la noche, sin más novedad.
Al día siguiente, martes, sonó el reloj a las 5.30 h. , pero no sabemos cómo, con la luz encendida, nos quedamos dormidos dos horas. Por suerte el puesto seguía libre, empezamos a pescar sobre las 9.00 h.
Este fue el gran día. Pedro se quitó el bolo pronto (menos mal para su corazón), y las capturas se fueron sucediendo a lo largo del día de menor a mayor tamaño. La locura llegó al entrar la noche, sacando seguidos con un intervalo de media hora un siluro de 44 kg por Jose Luis y una carpa de 16 kg por Pedro y otro siluro de 20 kg de Jose Luis. En total 6 piezas, un gran día para recordar.
El miércoles nos levantamos más descansados, pero cuando llegamos al puesto sobre las 8.00h, ya estaba ocupado por los guías de pesca ingleses, así que nos pusimos 100 metros aguas abajo. Este miércoles fue el día de las capturas de calidad. Dos capturas, un siluro de 60 kg por Pedro y una carpa de 15 kg. por Jose Luis.
El jueves dos capturas por parte de Jose Luis, 15 y 25 kg.
Entretanto en las horas muertas nos dedicábamos a pescar al feeder y con la caña pardillera alburnos y gardones, echando muy buenos ratos.
Satisfechos decidimos dar por finalizada la pesca con pellets, y plantear para el viernes pescar la lucioperca con pez vivo desde embarcación. Un par de picadas pero sin éxito, estaban difíciles. A las 20.00h. entregamos la barca y recogimos el material. Al día siguiente sobre las 8.00h. comenzamos el viaje de vuelta, pensando en el concurso del domingo, para no perder comba.
En resumen, echamos una media de 16 horas de pesca diarias, con las siguientes capturas:
¡Volveremos el año que viene!